8.07.2006

Criaturas

En los jardines de Lady Gray, mora una maravillosa variedad de mascotas.
Avestruces plateadas, colibríes con enormes alas, libélulas de neón, ballenas multicolores, lagartijas de seda, toneladas de noctilucas, mariposas de miel, y dragones transparentes, son las especies más numerosas de estos parajes, y nunca abandonan su hogar. Cada uno de ellos ha sido nombrado, alimentado y cuidado por la dama de gris.

Serafín, el más viejo, sabe recorrer el paisaje, andando entre los arbustos, paseando de copa en copa, de nogales a sauces, de paraísos a abedules, acariciando las amapolas o volando entre las aves. Duerme bajo las estrellas, de pie (siempre, ante las estrellas, despierto o dormido, de pie) y sólo de vez en cuando, y siempre pidiendo permiso, se recuesta junto a su ama y sueñan los mismos sueños.

Las noches de luna llena, el viejo Serafín, vuela hasta lo alto para besar al astro blanco y así darle la bienvenida al mundo del movimiento. Le advierte, que no tema, que todo va a estar bien, y que esperará por su regreso. A cambio, la luna le obsequia algo de su luz.
Así ha sido año tras año, desde los comienzos de los días y las noches, cada vez, la luna le ha entregado a esta añeja criatura, un poco de su luz (es por eso, que hoy, la luz de la luna, no es más que el reflejo del sol, que se apiadó de la regordeta y fue prestándole un poco de su destello cada noche).

Probablemente, Serafín viva por la eternidad y esté presente la noche de La Muerte de Lady Gray (pero todavía no se lo haremos saber).
Mientras tanto sigamos admirando a todas las criaturas que habitan los jardines de la gris dama.




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