8.14.2006

Lady Gray y la ceguera

Lady Gray salía a caminar por las tardes, internándose en las profundidades de los bosques aledaños a su morada. Las caminatas resultaban siempre solitarias y el ritmo de su marcha, definitivamente lento.

¨El tiempo del universo disminuye su velocidad.
Y la mujer de gris no regresa sino tres soles más tarde¨.

Cuando emprendía sus paseos, la Dama Gris se cubría con un manto de parcimonia y el letargo se ponía en evidencia.
Quienes alguna vez pudieran observarla en estos escapes, me temo han quedado ciegos al correr del día; ciegos y encantados, porque jamás dolidos, asustados o arrepentidos.
Esta ceguera producida, en efecto, durante la contemplación a la Gris Mujer, no resultaba de un hechizo, ni provenía del mundo de lo escalofriante, muy por el contrario, era vivido a través de la magnificencia de los sentidos de los cuerpos afectados.


Narran las ciencias de ese entonces que el trastorno sufrido, era interpretado por cada víctima como una experiencia inigualable e insuperable.
Algún que otro observador de las Artes de Lady Gray, se atrevió a decir que los afectados olvidaban para siempre lo que habían visto con sus ojos hasta entonces, pero a cambio se instalaba en sus mentes una eterna vivencia maravillosa de la cual, cada ciego resultaba protagonista y héroe (vivencias que jamás podrían contar a ningún ser viviente).
Muchos y todos desmintieron a lo largo de la historia, esta última teoría. Incluso, se cuenta que en los tiempos de la inquisición fueron completamente destruidos los pocos escritos que contenían algunas de las verdades acerca de los misterios surgidos en torno a Lady Gray y sus andares.

Lo que nadie ha podido nunca borrar de la historia y el recuerdo de los sobrevivientes es que Lady Gray, también sufría ceguera.

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